Felices.
Huellas.
Nuestras sombras.
La arena junto al río.
Jugando con la arena.
Mirando al infinito.
La vida en Aniak es acelerada en verano, y hay mucho que hacer. A Pedro y a mí se nos iban amontonando las ideas y muchas se tuvieron que quedar en el tintero. No es difícil caer en el idealismo en un lugar así, y como buenos soñadores creemos que poniendo un poco de nuestra parte el mundo puede llegar a ser un lugar mejor.
A mi regreso, muchas personas me han mirado extrañadas porque me he ido a trabajar a un río que muchos no saben ni que existe, teniendo el Júcar o el Mijares tan al alcance de mi mano. Lo cortés no quita lo valiente, y el mundo es mundo en el lugar donde vivo y en la última frontera, así que como ciudadana del mundo no existen distancias ni preferencias, lo que existe es mucho por hacer, no os quepa la menor duda.
Las fotos de este post, muestran un momento de relax. El río aportaba calma a nuestros espíritus alborotados y, de vez en cuando, sobre todo al final de nuestra estancia allí, escapábamos con la necesidad de disfrutar cada segundo, sintiendo que el tiempo pasaba y agotaba los momentos como este, de mirar el horizonte y disfrutar de las distintas tonalidades del paisaje que parecía ser diferente cada día. Un alto en el camino para tomar conciencia de nuestras privilegiadas vidas, de la fortuna que tenemos. Es muy fácil olvidar todo aquello que da valor al camino que seguimos, a la vida, así que no está mal eso de recordarlo, tendemos a dejarlo abandonado en algún rincón de nuestra mente, así que recuperarlo hace que todo cobre mucho más sentido si cabe.
5 comentarios:
Me has dejado sin palabras, sobre todo los últimos parrafos, describen a la perfeccion mis sentimientos de los últimos días. ¿Te acuerdas del viernes por la mañana?. Gracias Lorena por tu forma de ser, tenerte cerca es un privilegio para mi. Un besote muy grande.
Alejandra: Me acuerdo, me acuerdo...a veces es difícil de explicar pero lo cierto es que lo que más vale en la vida tendemos a dejarlo un poco de lado, parece que es fácil olvidarlo, así que no está de más recordar que no hay nada tan valioso como las pequeñas cosas cotidianas, una mirada, un beso, una sonrisa...besotes ¡guapa!, y gracias por el comentario.
Hola Lorena: Mucho amor se respira en este post!!! Que más da donde se eche una mano, cerca, lejos, lo importante es que cada uno aporte su granito de arena en la medida en que pueda. No sé porque la gente se cuestiona este tipo de cosas.
Me imagino que la ida para Alaska habrá sido dura sobre todo por la incertidumbre de lo que os ibais a encontrar; pero la vuelta no habrá sido mejor por todo lo que dejásteis allí. Sin duda un viaje inolvidable que yo nunca sería capaz de hacer, por todo eso me parecéis admirables.
Moitos biquiños
Belén: ¡Holaaaaaaaaaaa!!!, hoy he hablado de tí con Trini, porque hoy ha sido el homenaje de Gloria, me he hartado a llorar, precioso y muy emotivo. Lo pondré en el blog en cuanto termine con el larguísimo relato de Alaska, que os tengo que tener aburriditos a todos.
Pienso como tú. A mi me encanta viajar y me parece una idea genial usar mis vacaciones para hacer dos cosas, lo que más me gusta y ayudar a otras personas, animales o cosas...
No te olvides de que todo lo que hace una persona lo puede hacer otra.
La vuelta ha estado bien pero han cambiado muchas cosas y en cuanto termine el relato haré un resumen de todo lo aprendido. Muchos besotes, me encanta saber que sigues por aquí. MUA!!!
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